La guerra franco-prusiana fue un conflicto que tuvo lugar desde julio de 1870 hasta mayo de 1871. El desencadenante principal fue el famoso telegrama de Ems. Este conflicto bélico resultó en realidad una guerra franco-alemana debido a que se aliaron a Prusia todos los Estados alemanes (conforme a los planes de Bismarck). Precisamente, después de esta circunstancial alianza militar se produjo la unión política de Alemania.
Después de derrotar a Austria en la Guerra de las Siete Semanas (1866), Prusia buscaba la unificación general de Alemania en torno a sí. Francia, por su parte, tenía intenciones de anexar Luxemburgo y otros territorios, pero no contaba con el apoyo de ninguna nación para enfrentarse a Prusia.
Cuando el general español Juan Prim visitó al príncipe Carlos Antonio de Hohenzollern-Sigmaringen para explorar la posibilidad de que su hijo Leopoldo aceptase el trono de España, el canciller prusiano Otto von Bismarck intervino para forzar una aceptación. La cuestión principal era primero lograr una garantía de Prusia sobre la soberanía española en Cuba, algo que Otto von Bismarck no estaba dispuesto a conceder.
En julio de 1870 fue recibida en París la noticia de la aceptación. La opinión pública exigió una respuesta del Estado francés. Sin embargo, poco después, Carlos Antonio de Hohenzollern-Sigmaringen renunció públicamente a la candidatura de su hijo al trono español. El Estado francés, por su parte, envió un embajador a Bad Ems, donde se encontraba veraneando el rey de Prusia Guillermo I, para lograr una renuncia pública por escrito de Leopoldo a esta candidatura, a lo cual se negó Guillermo I.
El rey Guillermo envió entonces un telegrama a Bismarck narrándole lo acontecido. Ante esta situación, Bismarck optó por modificar el telegrama, de manera que pareciese que el embajador francés había sido despedido de manera humillante por Guillermo I, y lo envió a la prensa para que se hiciese público, soliviantando si cabía más los ánimos franceses, este mensaje falsificado pasó a la historia como el Telegrama de Ems. Otto von Bismarck había conseguido la excusa perfecta para reunir a los Estados alemanes del sur en su enfrentamiento con Francia.
Por su parte, el gobierno de Napoleón III no desaprobaba la idea de lanzarse a una aventura bélica contra Prusia, considerando que las demandas de reformas políticas en el autocrático Segundo Imperio Francés requerían ser enfrentadas con un evento que "uniera a la nación". La segunda intervención francesa en México había acabado en desastre tres años antes. Por su parte, Bismarck había logrado impedir que Austria aspirase a la hegemonía de los estados germánicos, gracias al rotundo triunfo prusiano en la Guerra de las Siete Semanas, pero ahora ansiaba unir bajo dominio prusiano a los estados del sur de Alemania que aún mantenían su independencia; en tal sentido, excitar el patrioterismo ante una supuesta "agresión francesa" parecía el remedio más sencillo con el cual Prusia podría asegurarse el rol de "Estado rector" en Alemania.
16 de julio. El mariscal Bazaine es nombrado general del ejército del Rin.
27 de julio. La Emperatriz Eugenia es nombrada regente.
28 de julio. Napoleón III de Francia, acompañado por el Príncipe Imperial, de 15 años, llega a Metz para tomar el mando del ejército.
2 de agosto. Combates en Saarbrücken en los que participa el príncipe. Los franceses ocupan el Sarre.
4 de agosto. En Wissembourg se libra la primera batalla, que termina con la retirada de las tropas francesas.
6 de agosto. Batalla de Froeschwiller-Woerth, en la que el III ejército prusiano derrota a los franceses. La división del general Frossard es vencida en Forbach.
12 de agosto. Napoleón III, enfermo, deja al mariscal Aquiles Bazaine al mando del ejército.
16 de agosto. Batalla de Mars-la-Tour, en Mosela. El ejército de Mac-Mahon se repliega a Châlons.
18 de agosto. Batalla de Saint-Privat-la-Montagne al noroeste de Metz, donde las tropas del mariscal Bazaine sufren una derrota que las deja sin ninguna posibilidad de salir de Metz. Batalla de Loigny, donde el I ejército es derrotado.
25 de agosto. Mac-Mahon pasa a la ofensiva con 140.000 soldados.
30 de agosto. el ejército de Mac-Mahon es vencido en la batalla de Beaumont y se retira a Sedán.
31 de agosto. Dos ejércitos prusianos con 240.000 hombres y 700 cañones, bajo las órdenes del príncipe real de Prusia, consiguen acorralar a las tropas francesas de Mac-Mahon.
1 de septiembre. Mac-Mahon es herido, el general de Wimpffen toma el mando. Francia es derrotada por el ejército del mariscal Helmuth von Moltke en la batalla de Sedán.
2 de septiembre. Napoleón III es hecho prisionero. De Wimpffen ordena la rendición de la ciudad.
3 de septiembre. Firma del acta de rendición en el palacio de Bellevue.
4 de septiembre. Napoleón III es llevado en cautividad a Wilhelmshöhe, cerca de Kassel. Proclamación en París de la Tercera República Francesa y creación de un Gobierno de Defensa Nacional.
Las tropas prusianas cercan París, en donde se forma la «Comuna» que se niega a capitular y no entrega la capital.
28 de enero de 1871. El Gobierno de Defensa Nacional, bajo la presidencia de Jules Trochu, firma el armisticio que pone fin a los combates.
El 18 de enero de 1871, Guillermo I fue proclamado emperador (káiser) en la Galería de los Espejos del palacio de Versalles (cerca de París) y con ello se completó la unificación alemana.
En realidad, este conflicto fue aprovechado por el reino de Prusia para concretar la unificación formando el Imperio Alemán, desde luego en torno a ella, que agruparía a diversos y minúsculos estados alemanes que nunca pudieron cohesionarse, tanto durante como después de la vigencia del Sacro Imperio Romano Germánico.
Por el Tratado de Fráncfort, Bismarck impuso una dura paz a Francia: le fueron arrebatadas las provincias de Alsacia y Lorena, ricas en minas de carbón y de hierro, además de imponérsele el pago de grandes sumas de dinero en concepto de reparaciones de guerra.
Bismarck creó la Triple Alianza (1882), compuesta por Prusia, Austria e Italia. En oposición a este bloque, Francia formó la denominada Alianza Dual con Rusia, y en 1904 Gran Bretaña y Francia crearon la Entente cordiale, que llegó a convertirse en la Triple Entente: Francia, Gran Bretaña y Rusia.
En lo sucesivo, el naciente Imperio Alemán disputaría a Francia, al Imperio Ruso, y a la decadente Austria-Hungría la primacía en el continente europeo. Además se erigiría en rival económico de otras potencias europeas, incluyendo al rico y extenso Imperio Británico.
Ambas facciones se enfrentarían décadas más tarde en la Primera Guerra Mundial.
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